En abril de 2020, en pleno confinamiento por la COVID, Andrés Pedreño y Luis Moreno, compañeros del Departamento de Análisis Económico Aplicado, publicaron la obra “Europa frente a EE.UU. y China: prevenir el declive en la era de la inteligencia artificial”, una segunda tesis doctoral, como ellos mismos la han calificado, en la que exploran la evolución de las políticas en innovación europea y española, los efectos a futuro de la creciente brecha digital entre las potencias económicas, y qué propuestas serían más efectivas para que el viejo continente no pierda protagonismo en la IV Revolución Industrial.
Nadie como Andrés Pedreño y Luis Moreno, con años de publicaciones y proyectos digitales a sus espaldas, para realizar una obra de estas características. Andrés, ex-rector de la Universidad de Alicante y catedrático de economía aplicada, es hoy reconocido por su perfil de emprendedor, habiendo impulsado varias startups digitales de éxito en Alicante. Luis, profesor titular de la UA, ha continuado el camino marcado por Andrés en la academia, pero también ha participado en la fundación de una startup en China, y dirigió durante cinco años el proyecto educativo UniMOOC, que alcanzó los 600.000 estudiantes en más de cien países de todo el planeta.
En esta obra, prologada por el economista José Carlos Díez y el Vicepresidente mundial de Google y padre de internet, Vinton Cerf, se mezclan las inquietudes en materia de investigación y de impulso empresarial que caracteriza a sus autores. Un libro plagado de datos y nuevos indicadores que invitan al debate a partir de una reinterpretación del papel de la innovación, una reflexión continuada de las políticas y normativas europeas fallidas, y la aportación de nuevas teorías económicas.
Sus doce capítulos se dividen en tres partes bien diferenciadas, que nos ayudan en primer lugar a entender cómo Europa ha perdido la batalla tecnológica en detrimento del impulso asiático y norteamericano. Mientras las segundas afianzaban una estrategia nacional por la vanguardia y la innovación empresarial que las ha llevado a disputarse el liderazgo en la inteligencia artificial, la UE se enfocaba en la accesibilidad ciudadana y el exceso normativo, dando como resultado las mayores tasas de acceso a internet y tecnología móvil del planeta, pero un vacío absolutamente preocupante de empresas digitales. El corolario ha sido una brecha digital que se abre más cada día debido a políticas orientadas a la dependencia de sectores maduros y el auge de las centenarias telecomunicaciones y no de nuevas empresas jóvenes.
El segundo bloque de capítulos está orientado a dar respuesta a la problemática europea desde diferentes vertientes: las Administraciones Públicas, la educación, las políticas de empleo, la normativa de privacidad… Partiendo de un exhaustivo análisis, los autores proponen un paquete de medidas orientadas a prevenir el declive de Europa en la era de la inteligencia artificial, como son la educación computacional, la apuesta por el talento, flexibilizar el empleo de datos agregados, la construcción de una estructura europea de datos abiertos, o trabajar en cerrar el círculo completo del emprendimiento.
El tercer bloque de capítulos sirve a modo de reflexión y planteamiento de nuevas hipótesis y líneas de trabajo. A modo de advertencia se utiliza un símil entre la IA y el fuego que ha ganado popularidad en los últimos años: “el fuego quema, pero también nos hizo más fuertes“. La crisis del coronavirus pone en evidencia esta realidad: mientras que en Asia la gestión de la pandemia ha sido resuelta gracias en gran parte al uso del rastreo tecnológico, en Europa seguimos debatiendo sobre la privacidad de las aplicaciones, la contratación de personal y el cierre de lugares de ocio. Para finalizar se propone la revisión de algunas teoría económicas a partir de los cambios que provoca la economía digital sobre la fijación de precios, la automatización de empleos, el desarrollo económico y la prospectiva.
Plantear políticas económicas en clave de innovación ya no tiene sentido. La disrupción es la única estrategia posible para prevenir a una Europa del abismo tecnológico que le espera en el siglo XXI.